Aunque una limpieza facial es el primer paso para cualquier rutina de cuidado facial, el cuidado de nuestra piel no debe quedarse solo en esto. También es fundamental el uso de buenas cremas faciales naturales, mascarillas y exfoliantes. Y, por supuesto, cuidarnos a nivel físico, tanto practicando ejercicio de forma habitual como llevando una alimentación sana y equilibrada.
Mantener una rutina de cuidado facial y corporal tiene unos efectos sorprendentemente rápidos. En muy poco tiempo podrás apreciar como tu piel vuelve a iluminarse y como las arrugas se hacen cada vez menos marcadas. Un buen cuidado de la piel es el mejor antídoto para el paso del tiempo.
A continuación vamos a darte 5 sencillos consejos que tu piel agradecerá.
Limpia tu rostro con jabón o aceite natural de jojoba
La limpieza del rostro es el primer paso fundamental para el cuidado de la piel. Si no empezamos por aquí, de poco servirán los demás cuidados. La limpieza debe realizarse a cualquier edad, y con especial atención las personas que viven en entornos urbanos, donde la polución afecta al cutis en una medida que a veces no llegamos ni a imaginar.
La limpieza del rostro sirve para eliminar la suciedad, visible o invisible, que se adhiere a nuestra piel, así como el exceso de sebo y las bacterias. Pare ello es recomendable utilizar un jabón natural y, aún en mayor medida, el aceite de jojoba.
El aceite de jojoba es ideal para limpiar el maquillaje o cualquier impureza del rostro. Únicamente debes pasar algodón empapado en el aceite por tu cara (evitando restregarlo por los ojos), para posteriormente pasar otro algodón empapado en agua que elimine los restos del producto.
El aceite de jojoba no provoca sequedad y sirve para cualquier tipo de piel.
Utiliza una buena crema nutritiva natural
A diferencia de las cremas hidratantes, cuyo uso es más aconsejable durante el día, las cremas nutritivas, que aportan lípidos a la piel, deben aplicarse durante la noche, antes de irnos a acostar. Esto se debe a que actúan mejor sobre rostros relajados y a que el sueño es un potente activador de sus componentes.
Los lípidos de las cremas nutritivas contribuyen a la regeneración celular, previniendo la aparición de manchas, arrugas y otros signos del envejecimiento. Este tipo de cremas naturales son muy recomendables para pieles secas.
Usa mascarillas con oligoelementos y minerales
Una magnífica forma de complementar los tratamientos faciales es el uso de mascarillas con minerales y oligoelementos. Su uso se recomienda durante todo el año, pero especialmente durante las estaciones más extremas en cuanto a temperaturas, es decir, en verano y en invierno, cuando nuestra piel se resiente más por los agentes climáticos.
Las mascarillas equilibran nuestra piel, limpiándola, reparándola y regenerándola. Su efecto va mucho más allá de la superficie, penetrando en la epidermis para que sus efectos sean más efectivos y duraderos.
Con aplicarte una mascarilla a la semana será más que suficiente para sentir sus efectos calmantes e hidratantes en un tiempo récord.
Cuida tu rostro y tu cuerpo con peelings
El efecto exfoliante del peeling es otro de los básicos para el cuidado de la piel de tu rostro y cuerpo. Entre sus principales beneficios destaca la minimización de las arrugas, la disminución o eliminación de las manchas de la piel, la mejoría de imperfecciones cutáneas procedentes de heridas o del acné, la reducción de los poros y el aumento de la elasticidad y la luminosidad del cutis.
Además, lo mejor de los peelings es que sus efectos son inmediatos.
Mantén una alimentación saludable
Muchas veces, la piel no es más que un reflejo del tipo de alimentación que llevamos. Es complicado lucir un buen cutis cuando no comemos de una forma sana y equilibrada. Una dieta adecuada debe incluir todos los nutrientes (en mayor o menor medida, pero todos); desde proteínas y carbohidratos hasta vitaminas y minerales.
Unos alimentos ricos en nutrientes contribuyen a la regeneración celular y a la eliminación de nocivas toxinas, algo que se refleja en el buen aspecto de nuestra piel.
Además de una buena hidratación a base de agua, cualquier dieta sana y equilibrada debe ser rica en frutas y verduras, así como en otros alimentos igualmente nutritivos, como los huevos, los lácteos y el pescado azul. Incluso el chocolate negro, con sus poderosos efectos antioxidantes, tiene cabida en un dieta saludable.
De lo que hay que huir a toda costa es de los alimentos procesados y envasados y, por supuesto, del alcohol (y, ya de paso, del tabaco).
Seguir los consejos que te hemos indicado es la mejor inversión que puedes realizar en tu salud y en tu belleza, dos aspectos de nuestra vida que van de la mano y que no pueden entenderse la una sin la otra. Cosmética natural, buenos alimentos y un poco de tesón, y ya tienes el elixir de la eterna juventud.