Son cada vez más los hombres que se preocupan por su imagen y su aspecto y saben la importancia que tiene en ello el cuidado de la piel. Mantenerla suave, hidratada y en perfectas condiciones para verla mejor y mucho más saludable pasa por dedicarle algo de tiempo y crear una rutina diaria ofreciéndole la atención necesaria.
Es mucho más sencillo de lo que parece y con sólo unos pequeños pasos podremos obtener grandes resultados:
Lavar la cara a diario
El primer paso debe ser una limpieza profunda. Al igual que la piel del rostro femenino, la de los hombres sufre los efectos de la contaminación ambiental y de otros muchos agentes externos que pueden afectarle, haciendo que se vea más apagada y envejecida.
Además, con la limpieza también retiramos las células muertas que pueden obstruir los poros y causar irritación, espinillas o un exceso de grasa.
Para ello, lo ideal es usar un jabón específico para la cara y con una textura agradable, como por ejemplo la espuma limpiadora Moussay, apta para todo tipo de pieles, ya que está elaborada con ingredientes 100% naturales como el aloe vera o el tepezcohuite, que elimina las bacterias y ayuda a regenerar la piel suavemente.
Utilizar una crema hidratante tras el lavado
El siguiente paso imprescindible en la rutina de cuidado facial es la hidratación. Para combatir eficazmente el envejecimiento cutáneo producido por la radiación solar, es conveniente completar la limpieza con la aplicación de un producto hidratante para el rostro.
Dependiendo de las características de nuestra piel será mejor una opción u otra:
- Para pieles grasas, optaremos por una crema de textura ligera, fluida y libre de aceites.
- Para pieles secas, una crema con elementos grasos que le aporten mayor nutrición y así evitar la resequedad.
- Para pieles mixtas, una emulsión ligera, por ejemplo, en gel, que hidrate las zonas secas al mismo tiempo que mantenga a raya las grasas (la famosa zona T).
Exfoliar la piel al menos una vez por semana
Para eliminar todas las impurezas que se quedan sobre la superficie del rostro, no puede faltar la exfoliación. Una o dos veces a la semana, con varios días entre medias, podemos usar por ejemplo Sales del Mar Muerto, que aplicadas junto con aceite de rosa mosqueta o de jojoba, y mediante un suave masaje, limpian los poros profundamente al mismo tiempo que estimulan la circulación sanguínea y hacen que la piel se vea más uniforme.
Añadir un paso intermedio: el sérum facial
Aunque pueda parecerlo, un sérum no es lo mismo que una crema hidratante ni son intercambiables. El sérum es de textura más ligera y acuosa, actúa sobre las capas más profundas de la piel y puede ser el complemento perfecto para prevenir la aparición de los signos de la edad como arrugas, patas de gallo y ojeras.
Se aplica después de la limpieza y antes de la crema hidratante.
Una buena opción es el Serum Luminoil Antiedad, con vitamina E, aceite de pepita de uva o de germen de trigo, con propiedades antioxidantes.
Complementar todo lo anterior con una mascarilla facial
Para darle una dosis extra de luminosidad, suavidad y salud a la piel, existen las mascarillas faciales elaboradas con ingredientes naturales y ecológicos. Son muy interesantes, ya que, dependiendo de su composición, aportan distintos beneficios a la piel. Las hay hidratantes, con efecto lifting o con propiedades antiinflamatorias y regenerantes para pieles cansadas y ofrecen resultados inmediatos.
Es suficiente con utilizarlas una vez por semana o cada 15 días, dejando actuar el producto durante 20 minutos y retirándolo con abundante agua.